¿Estás decidiendo entre almacenamiento en la nube o local para respaldar tus datos? Comparamos ambas soluciones, sus ventajas y desventajas, y te ofrecemos consejos prácticos sobre cómo proteger tus datos. Descubre qué opción se adapta a tus necesidades y cómo configurar un sistema de respaldo que proteja tus archivos importantes de pérdidas y amenazas cibernéticas.
Cada uno de nosotros hoy en día genera una enorme cantidad de datos: desde archivos de trabajo hasta fotos y documentos personales. Pero, ¿qué pasa si algo sale mal? ¿Dónde almacenar los datos para no perderlos? Juntos revisaremos las ventajas y desventajas tanto del almacenamiento en la nube como del local y te aconsejaremos cómo resolver el respaldo de manera que sea cómodo y seguro para ti.
Puedes imaginar el almacenamiento en la nube como un espacio virtual en servidores remotos al que accedes a través de Internet. Los archivos en la nube no están físicamente contigo, pero tienes acceso a ellos desde cualquier dispositivo.
Entre los proveedores conocidos están Google Drive, Dropbox o iCloud, que se encargan de almacenar y proteger tus datos. En contraste, los almacenamientos locales son discos físicos, como memorias USB, discos externos o servidores NAS. Tienes los datos directamente contigo. Lo positivo es que puedes acceder a ellos incluso si se cae Internet.
Una de las principales ventajas de la nube es que tienes acceso a los datos desde cualquier lugar y en cualquier momento, solo necesitas estar en línea. El almacenamiento en la nube también te permite configurar la sincronización automática de datos: los archivos se actualizan solos, sin que tengas que preocuparte por nada. Otra ventaja es la flexibilidad. Si te quedas sin espacio, simplemente compras más almacenamiento.
Por otro lado, estar en la nube significa ser completamente dependiente de la conexión a Internet. Además, tienes que pagar tarifas regulares, que no son precisamente bajas. Un problema puede ser también la seguridad. De vez en cuando, sucede que algunos datos se filtran o se pierden.
Si deseas tener tus datos totalmente bajo control, el almacenamiento local es ideal para ti. Puedes trabajar con los datos incluso sin conexión y no tienes que preocuparte por tarifas mensuales: pagas una vez por un disco externo y te sirve durante años. Otra ventaja es el acceso rápido, especialmente si trabajas con archivos más grandes o datos multimedia.
Por otro lado, es necesario cuidar la protección física de los dispositivos. Los discos externos o las memorias USB son propensos a daños o pérdida. También considera que si tienes una gran cantidad de datos, la gestión de más discos será más complicada.
Los usuarios comunes a menudo utilizan la nube porque ofrece un fácil intercambio de fotos y documentos dentro de la familia o amigos. Sin embargo, recomendamos hacer a veces un respaldo en un disco externo: la nube es excelente para la disponibilidad de los datos, pero una copia local proporciona seguridad en caso de fallas o pérdida de acceso a la cuenta.
En casos excepcionales, puede ocurrir incluso la pérdida de algunos datos; en el pasado, un problema así ocurrió con Google. Las empresas pueden considerar una combinación de almacenamientos en la nube y locales. Pueden mantener datos más sensibles localmente, mientras que la agenda de oficina común o los datos para el trabajo desde casa pueden almacenarse en la nube. Esto también facilita compartir datos entre colegas.
Ya sea que uses la nube o discos locales, siempre asegúrate de que tus datos estén correctamente seguros. En los servicios en la nube, elige una contraseña fuerte y activa la verificación en dos pasos. Son recomendables los servicios que cifran los datos, reduciendo el riesgo de fuga durante la transferencia o almacenamiento.
En los almacenamientos locales, aprovecha la opción de cifrado, por ejemplo, con VeraCrypt o BitLocker, especialmente si almacenas datos sensibles. Si usas un programa de seguridad, no olvides actualizarlo regularmente. Para que tu sistema de respaldo siempre esté preparado, es bueno configurar una revisión regular de los respaldos. Intenta, por ejemplo, restaurar varios archivos y verifica si funcionan correctamente.
Recomendamos personalmente respaldar según la regla 3-2-1: tener tres copias de datos, de las cuales dos en diferentes almacenamientos y una fuera de casa o de la oficina. En el almacenamiento local también es importante transferir los datos a dispositivos más nuevos de vez en cuando, porque los discos externos pueden fallar con el tiempo.
Al elegir una plataforma de nube, depende de lo que necesites específicamente. Google Drive es ideal para compartir documentos normalmente, mientras que Dropbox es excelente para la colaboración en equipo, donde el historial de versiones es importante.
Si usas Windows, una elección adecuada sería OneDrive, ya que está bien integrado con las herramientas de oficina de Microsoft. Si buscas una solución para respaldos empresariales con alta seguridad, también Amazon S3 o Azure son alternativas.
Los servicios en la nube a menudo tienen una versión básica gratuita (por ejemplo, Google Drive ofrece 15 GB). Sin embargo, si necesitas más espacio, el precio depende del proveedor y la capacidad: por ejemplo, 100 GB en Google Drive cuesta aproximadamente 50 CZK al mes. El almacenamiento local, como los discos externos, comienza alrededor de 1,500 CZK por 1 TB. El almacenamiento en red (NAS) puede ser más caro, pero las empresas y los usuarios avanzados generalmente no pueden prescindir de ellos.
Como habrás podido comprobar, tanto los almacenamientos en la nube como los locales tienen sus ventajas y desventajas. Si no trabajas con datos frecuentemente, te bastará con el almacenamiento local. En cambio, para autónomos, empresas e incluso estudiantes, es mejor optar por la nube. Sin embargo, la mejor opción es combinar ambas variantes, lo que te garantiza que realmente no perderás tus datos.
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